Querido Genet — Lara Alonso Corona

Querido Jean Genet,

Te conocí por primera vez a través de la saliva el hermoso rostro de un muchacho a quien sus compañeros (¿bullies? ¿amantes? ¿redentores ángeles de crueldad?)  bañaban en escupitajos. Todd Haynes te adaptó en su Poison de 1991 cubriendo de color rosa narciso uno de los segmentos de su tríptico sobre cómo se nos representan a las personas queer en la cultura popular: pornografía, villanía o tragedia.

Tú elegiste la pornografía.
Era la única elección moral.

Tus fantasías —o sea tu trabajo, tu cometido en este mundo— están llenas de penes en varios estados de erección y yo, en las descatalogadas traducciones  de tapa dura (hagamos el chiste) lo que encuentro son vergas. Qué palabra tan masculina y ridícula y por eso te hubiera gustado. Nunca he llegado a leer si te gusto el universo que te construyó Fassbinder para Querelle. A mi me gustan sus eternos atardeceres de cartón pintado y la mirada de deseo constantemente frustrado de Franco Nero, asiduo colaborador de Sergio Corbucci quien dirigió mi western favorito, El Gran Silencio, donde los olvidados de la tierra siempre acaban perdiendo, pero son hermosos.

Querido Genet, siempre vuelvo al cine, ¿verdad?

Es 2017. En Londres mi amiga organiza una velada de cortometrajes de temática queer en una galería de arte. La primera proyección es Un chant d’amour, tu pequeño milagro voyeurístico de 1950, rodado con las ganancias de un club nocturno. Digo pequeño porque solo son 26 minutos donde cabe todo tu universo. Es 50% arte 100% material masturbatorio, En la película, para proteger a tus colaboradores de represalias por participar en tal acto obsceno, solo viene acreditado tu nombre —ya habías vivido fuera de la ley, qué más te podían hacer. Te adelantaste tanto a Eloy de la Iglesia. Quizás, también, a Pasolini. Sin tí, eso está claro, no tendríamos a Kenneth Anger, a quien perdimos esta primavera pasada y cuya pérdida resuena como un doloroso adelanto del apocalipsis aséptico en nuestro horizonte.

Querido Genet, ¿qué pensarías de nuestros tiempos extrañamente puritanos? De la desexualización de nuestras historias queer, del giro familiarista. Como estamos jugando siempre a la política de la respetabilidad, como si hubiese alguna versión de nosotros -lo suficientemente pequeña, lo suficientemente inofensiva, lo suficientemente “aceptable”- que asegurara nuestra existencia frente a un sistema que quiere que desaparezcamos.

Tu escribiste tus novelas con tan solo dos propósitos: excitarte sexualmente y proteger a los muertos. Los únicos dos propósitos honestos, y de uno ya hemos hablado. Es 2023 y del otro propósito nos urge tomar ejemplo. Si somos unes invertides vamos a invertir los términos. ¿Se puede aún ganar sobre el papel?  “Mi victoria es verbal,” dijiste. Hiciste profesión de la máxima de Benjamin de que hay que salvaguardar a los muertos de un enemigo que nunca ha parado de ganar. Querías proteger a la escoria, al excremento, a todas las cosas bellas que el Bien con mayúscula nos insiste son inmundas.

Querido Genet, el enemigo nunca ha parado de ganar.

Querido Genet, ojalá ser siempre tan poco respetables como tú. Ojalá más escupitajos sobre rostros bellos, ojalá más frondoso vello en las axilas, vergas semi-erectas, niños criminales, más disfrazarnos de jueces para besar tus pies, más desfiles de Carolinas, monedas faltas y cruzar fronteras sin permiso, y matar a la señora de la casa, pero esta vez de verdad, más cigarrillos de humo compartido y ese ramo de flores que cuelo por las rejas de tu celda, amor, ojalá ser tan malos, no-naturales y perversos como se nos nombra. Porque ya que el enemigo nos nombra, vamos a darle la razón.


Lara Alonso Corona es un escritore queer del norte de España. Ha estudiado Cine y TV antes de tomar la decisión de escribir en un segundo idioma e irse a vivir a Londres. Su ficción ha sido publicada en varios lugares como Literary OrphansWhiskey IslandBetty Fedora y la antología de Pilot Press sobre enfermedad queer, entre otros. Es editor de reseña para la revista literaria minor literature[s]. Ahora vive en Madrid. Twitter: @lalonsocorona